La actriz y cantante prefiere hablar de vocación y no de carrera. Cumplió el sueño de protagonizar a Gilda y estrena documental propio. En el camino, los riesgos son la constante. Natalia dice : «Soy mejor actriz hoy que hace veinte años».
Con los años lo que yo intento es crecer, no envejecer, expresa Natalia Oreiro.
La artista más internacional que tiene Uruguay viene de semanas agitadas y la esperan otras más. Pero parece no perder la calma. Tras el fin de semana de rodaje, se subiría a un avión rumbo a Rusia, donde presentará su documental Nasha Natasha . A Uruguay tiene previsto volver varias veces más en 2016, con el estreno de Gilda en la mira. Pese a la agenda llena dice que nunca se tomó la actuación como un trabajo y allí radica buena parte del disfrute. «La palabra carrera tampoco me gusta, parece que uno está corriendo detrás de algo. Yo lo llamaría vocación . Y es mi modo de vida». «Con Gilda yo tenía claro que no quería hacer una película que se volviera un hit » Fue un rodaje intenso y un sueño muy loco. Me llevó muchos años conseguirlo y creo que estuvo bien porque la edad y la experiencia como actriz, inclusive la maternidad, me dieron herramientas para interpretar a una mujer con unas características que si lo hubiera hecho hace diez o quince años no hubiera tenido la profundidad suficiente. La película es un melodrama que tiene sus momentos de alegría y de música. Lo que nosotros queremos es mostrar lo que Gilda, a veinte años de su muerte, sigue provocando en la gente que escucha su música. Pero nuestro mayor desafío es mostrar quién fue Miriam, la mamá, la maestra, la persona. Y cómo una mujer, a los 30 años, de estrato social medio alto, entró en la cumbia en un momento en que la cumbia no entraba en capital, no era aceptada socialmente. Y cuando empezó a lograr su sueño……se murió. Gilda es una artista transgeneracional y transcultural , atravesó 20 años, todo el mundo sabe quién es, conocen sus canciones, la han homenajeado desde el rock, la cantan en las canchas. Para mí es un proyecto de mucha responsabilidad, porque además es la primera vez que interpreto a alguien que existió. Para mí esta película tenía que ser un hecho cinematográfico y que en cualquier país donde no conocieran a Gilda contara una historia. Y lo conseguimos.
Fragmento/ Daniela Bluth.