Hable con los ojos y las manos.

Cuando se trata de poner límites no basta con las palabras.

Lo que se dice es muy importante,pero debe ir acompañado por los gestos y el tono de voz adecuado para resultar coherente.Este es el mejor modo de que nuestros hijos sepan cómo responder.

Por ejemplo,  si cuando da una orden grita y se muestra enojada,su hijo percibirá el descontrol de sus emociones y confundirá el mensaje.

Por eso,no pida algo ni dé una orden gritando.En cambio ,utilice un tono firme pero claro.

La idea es transmitir tranquilidad para que el niño/a sepa que usted es quién controla la situación. Continuar leyendo «Hable con los ojos y las manos.»