4 de noviembre 1887 – 4 de agosto 1982.
El 4 de noviembre de 1887, en la casa señalada con el número 103 de la antigua calle Yaro ( actualmente Tristán Narvaja )nacía Carlos, segundo hijo del matrimonio de Don Mariano Sabat y Fargas ( de origen catalán) con Doña María Luisa Ercasty Tellechea (de raíz vasca ) natural de Gualeguaychú. Esta señora tenía vocación por la poesía y le encantaban algunos autores como Bécquer, pero también Espronceda y Andrade. El medio cultural que constituía su hogar hizo que quien fue, luego, eximio poeta, modelara desde muy pequeño su trascendente futuro.
Aprendió a leer en una escuela que se llamaba Atenea; allí se enamoró por primera vez, lo que revelaba el sentimiento de poeta genial que tuvo cantidad de amores.Desde niño cultivó la poesía, escribiendo y recitando en pequeñas tertulias familiares. Pertenecía a una familia culta de la época, con especial propensión al desarrollo y perfeccionamiento en el lenguaje. Su padre gustaba de las buenas lecturas y, al terminar la cena leía a sus hijos o hacía que ellos se acostumbraran a leer; por lo general , era un capítulo de «Don Quijote de la Mancha» y, tras esto, se hacía un detenido comentario. Fue así como Carlos fue acercándose a los textos literarios y comenzó a conocer diferentes construcciones literarias. Al niño, futuro poeta, siempre le gustó la música y admiraba a su hermano Mariano, quien aun siendo muy pequeño poseía una destacable destreza con el violín.
Asistió a la Escuela de Aplicación (solamente para varones), situada, entonces, frente a donde ahora está el Hospital Italiano. Allí entró, previo a un examen, en segundo año. En sus páginas literarias el tema de la muerte puede haberse acentuado por lo que él narra: «Padecía desde niño, una tremenda hipersensibilidad de impresiones, que los médicos llaman Lipotimia. Caía sin sentido y después, poco a poco me iba recuperando; ese me ha durado hasta ahora. Eso ha influido en lo que he escrito respecto a ciertas obsesiones de la muerte.En la lipotimia, cuando es intensa, se pierde todo contacto con el mundo, es una antesala de la muerte. Era en mí la contraposición de mi casi natural hipersensibilidad. Cuándo salía de la lipotimia me parecía que resucitaba y me decía: «Voy saliendo del túnel de la muerte». La salud de su padre le llevó a incursionar, junto a él, en el mundo de las artes y las letras. Su padre iba, paulatinamente, disminuyendo su visión y ésto hizo que sus hijos ( especialmente Carlos) lo acompañaran a las tertulias literarias que en esa época se efectuaban en el café Moca, donde se recitaba y, también, se discutía sobre distintos temas, especialmente de literatura, historia y arte.
En 1912 abandonó el camino del modernismo y comenzó una etapa clasicista y filosófica, con densa impregnación oriental. En esa nueva etapa su poesía no abarca sólo al ser humano sino además a la naturaleza, a las fuerzas escondidas que se enfrentan con el gran misterio del universo y también con las posibilidades del hombre.Le canta con su poesía al río, al verde y al mar de su tierra.
Escribió algo más de cien libros, de los que sólo la mitad están publicados y el resto de ellos guardados en la Biblioteca Nacional a espera de la búsqueda de un investigador, o de una publicación por el Estado.
Sabat es el Poeta de la Naturaleza. Fue por sus innumerables secretos, recorriéndolos con su inefable sabiduría anímica. Hermano del hombre, ha de comunicarlo siempre, infatigablemente con sus visiones. «Victoriosas revelaciones logradas del Universo infinito». Édison Bouchaton escribía: «No le preocupa la humanidad. No hace mella en él. En absoluto lo que deslumbra y por lo que vive la mayoría de la humanidad. Late con su corazón. Siente las palpitaciones de su hermano hombre. Participa de todas sus inquietudes pero vive su tiempo. El tiempo intemporal. Sabat contempla, vive y goza de todas las vidas que el hombre es capaz de vivir».
Mientras la poesía de Sabat constituía una avenida, un raudal de aguas líricas que lo arrollaban todo, con una increíble potencia creadora, su vida transcurría en las aulas. Fue Profesor de Literatura en la Facultad de Humanidades y en institutos de enseñanza secundaria. Se le cuenta entre los docentes fundadores del Colegio Nacional José Pedro Varela, donde también ejerció el profesorado y para el cual escribió su himno, un verdadero canto a la libertad y la formación de la juventud estudiante. Posteriormente integró el Consejo Directivo del Instituto de Estudios Superiores. Allí conoció a quien luego sería su tercera esposa, Violeta Tubino, a quien dedicó cantidad de sonetos. La vida física del Gran Poeta se apagó el 4 de agosto de 1982, vivió casi cien años !!! La poetisa Dora Isella Russell escribió : «Se fue el Maestro. Se silenció la voz poderosa y orquestada, de fáustico arrebato, en la que parecían converger las fuerzas de la naturaleza, la telúrica grandeza que él interpretaba con la pasión de los antiguos profetas. Con la muerte de Don Carlos Sabat Ercasty, nuestro país perdió al último gran exponente de la más gloriosa generación de escritores que Uruguay dio a Hispanoamérica.