ARTRITIS Y ARTROSIS.

Las molestias que provocan estas dos enfermedades reumáticas, pueden transformar la vida de quienes las padecen, pero es posible reducirlas.

Ambas son enfermedades reumáticas que producen dolor, afectan a una o a varias articulaciones y son más frecuentes en mujeres.

El origen del dolor es diferente.

LA ARTRITIS es una enfermedad inflamatoria crónica y autoinmune ( ocurre cuando el sistema inmunitario ataca por error al  propio cuerpo ) y se desconoce su causa. Afecta a la fina capa que recubre la parte interna de las articulaciones( membrana sinovial ) y puede manifestarse también en otras partes del cuerpo. Causa una hinchazón dolorosa que con el tiempo, puede provocar el desgaste de los huesos y la deformidad de las estructuras articulares, es decir, derivar en una artrosis. Aunque puede afectar a personas de todas las edades , es más frecuente entre los 30 y los 50 años.

LA ARTROSIS es una enfermedad crónica y progresiva que se caracteriza por la pérdida del cartílago, el cojín protector donde se unen los huesos en una articulación. Sin él, los huesos rozan entre sí, causando irritación, inflamación y dolor. Es más común en mayores de 50 años.

ARTRITIS:  Reducir la inflamación.

Incorporar buenos hábitos en tu día a día es decisivo para aliviar el dolor y frenar su avance.

Dormir 8 horas. Es muy importante descansar bien, evitar las bebidas excitantes como el café el alcohol y las cenas copiosas. 

Realizar algún tipo de actividad física. El ejercicio físico, ayuda a mejorar el dolor, la rigidez y la hinchazón, además de ayudar a prevenir la diabetes, la obesidad y las enfermedades cardiovasculares que entran todas en el paquete que van de la mano con la artritis.

ARTROSIS: Es muy importante salir a caminar, andar en bicicleta o nadar, son los ejercicios aeróbicos  más recomendables para esta enfermedad.

CUIDAR LA ALIMENTACIÓN:  Las verduras, las frutas, el aceite de oliva extra virgen mejora la circulación. Una dieta tipo mediterránea es lo ideal.

ABANDONA EL TABACO: No ayuda a disminuir el dolor además de relacionarlo con una mala evolución de la artritis y con la resistencia al tratamiento.

ARTROSIS: Las articulaciones que más sufren en la artrosis, son las que más se han usado o soportado peso, las rodillas y las caderas. La artrosis de la base del dedo pulgar es también frecuente en personas que trabajan con las manos.

MANTENER EL PESO IDEAL: Cada kilo de peso corporal extra aumenta la carga sobre la rodilla en unos 4 kilos. Una pequeña pérdida de peso ayuda a disminuir el dolor y mejora la funcionalidad de la artrosis de rodilla. Un estudio demostró que en personas con obesidad, reducir un 20% el peso de forma segura, puede rebajar el dolor en un 25%, lo que significa ganar bienestar.

MOVILIZAR BIEN LA ARTICULACIÓN: Los movimientos que se repiten una y otra vez no convienen pero, por el contrario, el ejercicio moderado ayuda a mantener la función de la articulación  y a retrasar la pérdida de fuerza y de capacidad de desplazamiento. El tipo de ejercicio dependerá de la articulación y en algunos casos requiere una enseñanza por parte de un profesional. Si se realiza correctamente puede llegar a reducir el dolor de una artrosis de rodilla en un 12%. RECUERDA que si estás en una fase aguda NO debes practicar actividad física.

EJERCICIO EN EL AGUA( natación, aquagym, caminar en el agua…). En un medio acuático, el peso corporal disminuye, por lo tanto, podrás mover la articulación sin dolor y ganar funcionalidad.

BICICLETA ESTÁTICA , O CAMINAR. Son ejercicios repetitivos, pero con poca carga, por eso mejoran el estado de salud y ayudan a mejorar la musculatura.

Siempre consultar al profesional de la salud y estar al tanto de todo lo nuevo que aparece, leer, analizar nuestro cuerpo y nuestros hábitos.

Guper.

Fuente / SABER VIVIR.

 

 

 

 

 

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