Uno de tantos mensajes encontrados en el mar adentro de una botella, sucedió en Argentina. Se trata de un mensaje que se hizo viral en grupos de Facebook, que llegó a la pareja del hombre que estaba presente cuándo éste la arrojó al mar 44 años después. Una señora joven que se encontraba acampando con su pareja que la tiró en el mar el 7 de febrero de 1975. Mabel ( quién en la actualidad tiene más de ochenta años ) y Miguel ( fallecido hace ocho años ) quién la envió, fueron pareja, tuvieron dos hijos. La historia de ellos, terminó hace muchos años, Miguel era electricista y tres años mayor que Mabel, el falleció, no recuerda de qué, lo triste es que Miguel dejó de contactarse con su hijo Juan y la única que se encargó de su funeral fue su hija. Era un hombre que disfrutaba viajando y lo hizo, no conoció a sus cinco nietos ni a su bisnieto.
En la década del 70, los dos recorrieron casi toda la Argentina juntos, acampando. Piensa Mabel que al faltarle algunas provincias cómo San Juan y San Luis, es seguro que luego de la historia de ellos habrá ido y tirado más mensajes al mar, era algo que le gustaba hacer a Miguel.
Luisina Morando, fue la joven que encontró la botella con el mensaje en Bahía Creek, un balneario a 90 kilómetros de Viedma, en Río Negro, docente de profesión. Luisina había llegado con su novio y sus suegros desde Carmen de Patagones para pescar. Ante la gran cantidad de basura que encontraron en el mar, decidió recoger los residuos que dificultaban la pesca. Fue entonces cuando encontró la botella con un papel adentro. Luego de sacar la masilla que cubría la tapa, se encontró con un rollito de papel húmedo pero legible, en él estaba escrita la fecha, 07/ 02/ 1975 y decía …quién la recoja, le agradecería escribir informando lugar y fecha del hallazgo…el nombre de su autor, Miguel…. un teléfono y el dato que era de El Palomar, provincia de Buenos Aires. Ahí comenzó la búsqueda del autor o de algún pariente.. por medio de Facebook, Luisina compartió fotos de la botella y la carta en las redes, entonces grupos de vecinos de El Palomar y la administradora de uno de esos grupos le escribió avisándole que los Borges ya no vivían en ese barrio sino que se habían ido a Villa Urquiza. También le pasó tres teléfonos. Del edificio donde podría estar Miguel y el del que podría ser su hijo. Así fue que llegó a Mabel, ….. un poco de algo distinto para comentar en una fría tarde de invierno para todos los que compartimos el mismo hemisferio. Hasta la próxima…..gracias por seguirnos !!
Guper.
Fuente LA VANGUARDIA – Clarín.