TIEMPOS DE PANDEMIA.

Hola a todas y todos nuestros seguidores, estamos atravesando tiempos difíciles que se vuelven eternos. La economía de nuestra casa debe ser austera, debemos reeducarnos y aprender de nuestros abuelos que vivían bien, construyendo su futuro y el nuestro, basado en el ahorro y en el amor que se tenían con tres pilares fundamentales, unión, respeto y tolerancia.  No es tiempo de despilfarro, debemos pensar con claridad y conciencia los pasos a seguir, aprender a decir NO a todas las tentaciones que se cruzan cada día, por eso la unión de la familia, hablar con claridad con los más pequeños, ellos siempre entienden, en realidad somos nosotros los que ponemos resistencia al cambio. Nos acostumbramos al mundo consumista y nos tentaba todo, después quedaba todo olvidado en un rincón de la casa, la diferencia ? que se ponía a la venta y se recuperaba el dinero invertido, ahora no. Pocas personas pueden comprar o aprovechar una oferta, el alquiler, los consumos de agua, luz, gas primero, no se puede dejar para otro mes lo que no se puede pagar hoy ! El alimento diario ! no nos pueden faltar los productos básicos, harina, huevos, arroz, fideos, verduras, frutas, algún tipo de carne o lentejas. Las lentejas nos aportan muchos beneficios, proteínas, fibra, grasas buenas, mantienen estables los niveles de glucosa y son económicas. Debemos reeducarnos. No es fácil soplar y hacer botellas, nos inculcaban nuestros mayores. Todo depende del núcleo familiar, de la persona que pueda aportar en estos momentos, son muchos los factores que se deben poner sobre la mesa , el diálogo familiar es el más valioso. Hablar sin vergüenza de todos los problemas que se presenten, buscar soluciones, cada aporte vale para ser procesado y eliminar, cambiar o poner en práctica. La salud mental ! otro tema para hablar sin tapujos, no vale el me aburro, estoy hasta la coronilla del aislamiento. Se deben buscar soluciones, volver a hornear nuestro pan, nuestros tallarines, como lo hacían nuestras abuelas, con una gran diferencia….hoy por hoy, la regla general en una familia tipo de cuatro integrantes, pareja y niños, entran dos sueldos y el que llega primero a la casa sea hombre, mujer o niño/niña, adolescente, tiene su rol asignado, el aseo de su habitación, juntar su ropa, ver que falta en la cocina, ponerse a cocinar, las reglas de la casa deben hablarse y todos/todas participar en la construcción de un hogar donde no se aplican roles y cargas excesivas por género. La educación, los valores, hacen que eso fluya normal, no es utópico, depende del rol de los padres, de la demostración de respeto que emana de ellos. No hablo de castigos físicos, el diálogo normal de todos, sin miedo, mostrando cada uno sus inquietudes, valorando los puntos de vista de toda la familia. Nuestras abuelas y abuelos tuvieron un rol fundamental en la familia, pero el hombre proveía y la mujer organizaba dentro de su casa, a veces en matrimonios con muchos hijos/hijas, dónde ni pensar en salir a trabajar fuera de cuatro paredes, dónde era imposible para la mujer pensar en otra cosa que no sea el marido, los hijos, el llegar a fin de mes. Siempre hubo excepciones, familias ricas, mujeres que aman el rol de madres y esposas, que se permitían el lujo de tener servidumbre. La violencia doméstica puede sucederle a hombres o mujeres de todas las edades. En tiempos de pandemia el rol más importante es la buena comunicación que debe existir en cada miembro familiar para con todos. No olvidar el tapabocas al salir, respetar la distancia en el supermercado, lugares de cobro y pago, al volver lavar el tapabocas junto con las manos con abundante agua y jabón. Evitar reuniones con muchas personas, salir a caminar cuándo esta lindo y al estar sólo o con la familia en un lugar al aire libre…..disfrutarlo…sin tapabocas…que lindo se siente, pero siempre tenerlo a mano. Hoy escribí algo de lo que nos sucede, a todos y todas, personas comunes, que vivimos el día a día. Mañana vuelvo con recetas simples de comidas ricas, rápidas y económicas, no sin antes decirles que no bajen los brazos, que vida hay una sola y vale la pena vivir. Los quiero mucho, hasta mañana y gracias por preferirnos !

Guper.

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