Virginia Woolf. Un cuarto propio.

Un cuarto propio es el lúcido testimonio crítico del rol de la mujer en la sociedad, y un verdadero clásico del siglo XX.

«Cuando leemos sobre una bruja que fue sumergida en el agua, sobre una mujer poseída por los demonios, sobre una mujer sabia que vende hierbas, pienso que estamos sobre la pista de una novelista perdida, una poeta silenciada, una Jane Austen enmudecida y sin gloria, una Emily Brontë que desperdició su inteligencia en los páramos o marchaba desquiciada por los caminos, enloquecida por la tortura a la que la sometía su talento. Por cierto me aventuraría a decir que Anónimo, que escribió tantos poemas sin firmarlos, era muchas veces una mujer.» Virginia Woolf.  Continuar leyendo «Virginia Woolf. Un cuarto propio.»

Alejandra Pizarnik

Alejandra Pizarnik. Escritora y poetisa surrealista argentina.29 de abril 1936-25 de septiembre de 1972.

Hoy escribo sobre una brillante escritora, traductora, pintora argentina. Dejó obras escritas muy buenas, en ellas devela perturbaciones emocionales que nos sirven de conciencia para pensar los motivos por los cuáles las personas se sienten marginadas y es siempre lo mismo, todo comienza en el hogar. En el caso de Alejandra, propensa a engordar, rebelde, dueña de una inteligencia deseada por muchos, pero para su madre, que la comparaba con la hermana mayor, resaltando siempre sus atributos físicos, algo que para la época era más valioso que el hecho de ser independiente, y querer sobresalir del resto por cuenta propia gracias a su trabajo personal.Creció en una familia de inmigrantes de Europa Oriental, con ascendencia judía en Rusia.La Segunda Guerra Mundial y el horror de saber que parte de su familia fue masacrada en Rivne(Ucrania), la llevó a profundizar en la muerte. De adolescente, el acné, su forma de ser excéntrica y su rebeldía la hacían demasiado diferente para los parámetros de la época, una joven que ningún padre quería tener. Continuar leyendo «Alejandra Pizarnik»

Juana de Ibarbourou.

La poesía de Juana de Ibarbourou merece el encuentro directo, voraz y apasionado con un lector no condicionado por la escuela o el mito. Ahora que parece llegado el tiempo del fin de las reverencias y de las adhesiones afectivas previas,tal vez sea el momento de la lectura solidaria. Esa que se siente furtiva, porque siempre está transgrediendo algo que se debe hacer o con lo que se debe cumplir. Continuar leyendo «Juana de Ibarbourou.»