El rencor es parte de las emociones humanas , podemos conceptualizar su significado
como el sentimiento de hostilidad o enemistad hacia una persona motivado por una ofensa , daño o perjuicio sufridos .
Así como el enojo es parte normal de reaccionar a estímulos externos de inconformidad, algo muy parecido sucede con el rencor, sin embargo las preguntas serían; ¿qué hacemos con ese enojo? ¿Cómo canalizamos apropiadamente ese desbalance? y ¿Cómo regulamos comportamientos agresivos?
Estas preguntas son importantes para entender las alternativas que se podrían implementar cuando existan estos sentimientos. Lo relevante de este tema es comprender que podrían pasar muchos años, décadas, y casi toda una vida sumida en estos sentimientos dañinos para nuestra estabilidad emocional, creando e influyendo potencialmente en una personalidad hostil, déspota, prepotente, incierta, vacía, infeliz, etc. La personalidad estaría entonces basada en la incapacidad de amar debido a que el rencor podría haber contaminado toda nuestra esencia, nuestro amor natural hacia la vida y hacia los demás, es decir; una personalidad en la que se incorporo varias distorsiones en la mayoría de las relaciones en los procesos de vida, no ofreciéndole a la personalidad la oportunidad de ser estable.
¿Cómo funciona esto?
El rencor podría ser el empuje inconsciente de alejar el estimulo que causo daño o que provoca hostilidad debido a lo perjudicial que puede ser para cada individuo dependiendo de los pensamientos y percepciones de mundo externo. En el rencor existe siempre un factor repetitivo; “la pérdida de algo”, puede ser un familiar, la pareja, un amigo, compañero, etc., Toda perdida tiene un proceso sentimental de tiempo, esto quiere decir que un individuo envuelto en el rencor tiene que tener vivencias de perdida que por ende necesita su tiempo y proceso de sanación, sin embargo el problema ocurre cuando una persona por diferentes razones muy individuales, prolonga ese proceso indefinidamente por el resto de su vida. Es entonces que ocurre un desbalance generalizado en la vida de ese individuo. Es decir que esa personalidad envuelta en estos sentimientos no solucionados podría proyectar el rencor hacia los demás inconscientemente de una manera muy repetitiva y deplorable. Rencor hacia la pareja por vivencias negativas pasadas; incapacidad de amar al conyugue apropiadamente, problemas sexuales, hostilidades, etc., Rencor hacia las amistades o familiares por experiencias negativas pasadas; incapacidades sociales, problemas de interacción, problemas de respeto a las autoridades, etc.
¿Qué podemos hacer?
Todo rencor tiene su génesis, ese punto de partida es la comunicación, es probable que ese rencor solo se solucione hablando, o entendiendo las diferentes percepciones, o evaluando y reconociendo los errores de ambas partes. Existe la posibilidad que también sea una situación muy compleja, pero lo importante es trabajarla para bajar los niveles de estrés que causo ese rencor. Pensemos en que muchas experiencias positivas y negativas están ahí para enseñarnos, para ofrecernos la oportunidad de crecer, para alimentar nuestras capacidades de control de las emociones, para darnos la oportunidad de reconstruir y mejorar, pero no para dañarnos o destruirnos indefinidamente, hay que considerar el derecho que todos tenemos a vivir en plenitud. Por este motivo es importante con el ejemplo de cómo somos y como nos comportemos con nuestros hijos, ellos puedan crear sus propias capacidades de entender la importancia de la comunicación, del decir perdón y me equivoque en el momento apropiado, de aceptar los errores, y de esforzarse día a día por ser felices. Busque a su psicoterapeuta preferido, que estoy seguro le brindara la ayuda que usted requiere para encontrar las herramientas hacia la formación de un estilo de vida optimo y feliz.
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