Pablo Neruda. Misógino, violador, sifilítico.

Pablo Neruda y su trato con las mujeres. En sus memorias, Confieso que he vivido Pablo Neruda confiesa que ha violado. Siempre buscó mujeres bellas, jóvenes, era un hombre repulsivo, escribía sobre el amor, que sabía él sobre el amor, siempre en prostíbulos, con una sífilis galopante que contagió a vaya a saber a cuántas mujeres. La biografía de Neruda abunda en sucesos polémicos y en comportamientos o actitudes que han provocado manifestaciones de rechazo e incluso llamadas a la cancelación desde diversas instancias.

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Malva Marina Reyes. La hija de Pablo Neruda que rechazó.

Malva Marina Reyes nació en 1934, pero su llegada al mundo no fue motivo de alegría para su padre, el célebre poeta Pablo Neruda.

Desde el primer momento, su existencia fue una sombra incómoda para el hombre que escribía sobre el amor con dulzura y pasión.

La niña nació con hidrocefalia, una condición que deformaba su pequeño cuerpo, y su padre, en lugar de abrazarla con ternura, la rechazó con desprecio. No la llamó «hija», ni siquiera por su nombre. Para él, Malva era solo «Punto y coma», «Vampiresa de tres kilos», «Ser ridículo». Su madre, la neerlandesa María Hagenaar Vogelzang, luchó por ella sola, mientras Neruda se alejaba cada vez más, tanto de la niña como de su esposa.

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Frankenstein: El sueño de Mary Shelley.

El 30 de agosto de 1797, nacía Mary Shelley, la autora de la primera novela de ciencia ficción de la literatura universal: «Frankenstein o el Moderno Prometeo». Hoy, en Gente Yold, queremos recordar a la gran escritora, de vida trágica y a la vez dichosa, libre y reivindicativa. Una adelantada a su tiempo, una creadora más allá de la etiqueta «gótica», con la que se ha querido reducir la trascendencia de su obra.

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Zelda Fitzgerald.

Zelda Fitzgerald, fue traicionada por el hombre que amaba y encerrada en un asilo. ¿Es su culpa por ser una mujer diferente a las de su época?.

Hasta el día de hoy, Zelda solo se recordaba como la «esposa de Fitzgerald». Pocas personas saben que ella también fue una pintora y escritora talentosa. Pero sobre todo era una mujer muy libre para su tiempo. Condujo sola su auto, llevaba el pelo corto, amaba sin miedo.

Así es como conoció a Francis Scott Fitzgerald, quien estaba destinado a convertirse en una leyenda. Se enamoró perdidamente de esa mujer tan llena de vida. Muchas de sus obras fueron inspiradas por Zelda, porque una mujer libre es como un huracán, una tormenta: destruye todo lo que encuentra.

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El yo sepultado. Literatura.

Hasta los veintiocho años tuve una especie de «yo» que permanecía sepultado, que no sabía que podía hacer otras cosas, aparte de preparar salsa blanca y cuidar bebés. No tenía noción de que poseía algún tipo de profundidad creativa. Era víctima del «sueño americano»: burgués y de clase media.

Todo lo que deseaba era un pedacito de vida: casarme, tener hijos. Pensaba que las pesadillas, las visiones y los demonios se apartarían si había suficiente amor como para abatirlos.

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Jorge Luis Borges- Poema.

Con el tiempo te das cuenta.

«Después de un tiempo, uno aprende la sutil diferencia entre sostener una mano y encadenar un alma;

Y uno aprende que el amor no significa acostarse,

y que una compañía no significa seguridad,

y uno empieza a aprender….

Que los besos no son contratos y los regalos no son promesas,

y uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta y los ojos abiertos.

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Alfonsina Storni. Su último poema.

Días antes de arrojarse al mar, donde murió ahogada, Alfonsina Storni escribió su último poema, «A dormir» interpretado después como su despedida.

A dormir.

Dientes de flores, cofia de rocío, manos de hierbas, tú, nodriza fina, tenme prestas las sábanas terrosas y el edredón de musgos encarnados.

Voy a dormir, nodriza mía, acuéstame. Ponme una lámpara a la cabecera, una constelación, la que te guste: todas son hermosas; bájala un poquito.

Déjame sola: oyes romper los brotes… te acuna un pie celeste desde arriba y un pájaro te traza unos compases para que olvides…

Gracias. Ah, un encargo:

si él llama nuevamente por teléfono le dices que no insista, que he salido.

Alfonsina Storni. ( 1892- 1938)

Fuente- Así es la vida.

Foto- ar. pinterest.com

Guper.

Agatha Christie.

Agatha Miller, más tarde conocida como Agatha Christie, mostró  un notable talento para la escritura incluso en sus primeros años.

Nacida en 1890 en Torquay, Inglaterra, Agatha creció en un hogar que fomentaba la creatividad y la imaginación.

Su madre, Clara, insistió en que no aprendiera a leer hasta los ocho años, pero Agatha aprendió sola a los cinco.

Esta temprana independencia y curiosidad prepararon el terreno para su amor por las historias que duraría toda la vida.

De niña, Agatha creaba historias para su familia, inventando personajes ficticios y elaborando tramas intrincadas.

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Las hermanas Brontë.

En la historia nos encontramos con un caso muy especial, es el de las hermanas Brontë, 

Emily, Anne y Charlotte.

Las tres vivieron vidas de aislamiento, en plena sociedad victoriana, y las tres firmaron con nombres masculinos.

En 1847 cada una publicó una novela:

Jane Eyre – Charlotte Brontë.

Cumbres borrascosas – Emily Brontë.

Agnes Grey – Anne Brontë.

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María Eugenia Vaz Ferreira.

María Eugenia Vaz Ferreira fue una adelantada a su tiempo. 

Muy joven deslumbró en los salones burgueses de su época con una poesía profunda y desenfadada. José Enrique Rodó y Julio Herrera y Reissing reconocieron tempranamente su talento, seguidos por otros intelectuales del Novecientos. También despertó la admiración de Rubén Darío, el hombre que revolucionó la poesía con la creación del modernismo latinoamericano.

Sin embargo, María Eugenia no fue feliz. Su carácter melancólico, su compleja espiritualidad, sus extravagancias y su inclinación por la atmósfera de la noche la impulsaron a aislarse y refugiarse en su arte.

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