Carl Sagan.

«Cuando mi esposo murió, como era tan famoso y conocido por no ser creyente, mucha gente venía a mi casa (aún pasa, a veces) y me preguntaban si Carl (Sagan) cambió de idea al final y se convirtió a una creencia en el más allá. También me preguntan con frecuencia si creo que lo veré de nuevo. Carl enfrentó su muerte con un coraje incansable y nunca buscó refugio en ilusiones. La tragedia era que sabíamos que no volveríamos a vernos. No espero reunirme nunca con Carl. Pero lo grandioso es que cuando estuvimos juntos, por casi veinte años, vivimos con una intensa valoración de lo breve y preciosa que es la vida.

Nunca trivializamos el significado de la muerte fingiendo que no era una despedida definitiva. Cada momento particular en que estuvimos juntos fue milagroso, pero no milagroso en el sentido de inexplicable o sobrenatural…. Que el puro azar pudiera ser tan generoso y tan amable…. Que pudiéramos encontrarnos el uno al otro, como escribió Carl tan bellamente en Cosmos, «en la vastedad del espacio y en la inmensidad del tiempo»…. Que pudiéramos estar juntos durante veinte años. Eso es algo que me sostiene y es mucho más significativo. La forma en que me trató y yo lo traté a él, la forma en que nos cuidamos el uno al otro y a nuestra familia, mientras vivió. Eso es algo mucho más importante que la idea de que lo veré algún día. No creo que vuelva a ver nunca a Carl. Pero lo vi. Nos vimos el uno al otro. Nos encontramos el uno al otro en el cosmos, y eso fue maravilloso»

Ann Druyan

Fuente- Las cuatro esquinas.

La historia de amor entre Carl Sagan y Ann Druyan, el famoso cosmólogo y la documentalista se enamoraron mientras buscaban sonidos para los extraterrestres (Foto: carlsagan.com)

Fotografía de Carl Sagan y su esposa Ann Druyan.

Fotografía-  LA NACIÓN.  El Mundo.

Guper.

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