Amig@s, en el departamento de Maldonado, República Oriental del Uruguay, existe un balneario llamado Piriápolis. Un lugar mágico, cargado de energía positiva en un entorno soñado, sierras, mar, ciudad con hermosos hoteles, restaurantes, casino, muchos lugares para visitar y disfrutar en toda época del año. Se dice que su fundador Don Francisco Piria, era alquimista y tenía el don de transformar los metales en oro, de ahí su inmensa riqueza y su cierta excentricidad . En su casa, el famoso Castillo de Piria, hoy transformado en museo, tenía un enorme sótano dónde pasaba horas con experimentos y trazaba mapas en los cuáles creaba fuentes de energía basado en sus investigaciones.
Hoy les voy a contar de uno de sus cerros, el Cerro del Toro y, de la Fuente que emana de él, todos sus cerros son hermosos pero éste en particular tiene algo que me atrapa y me llena de paz cada vez que lo visito.
A mitad de camino entre la base del Cerro del Toro y la cima se encuentra uno de los puntos de mayor confluencia energética del balneario.
La Fuente del Toro es una verdadera catedral iniciática en medio del monte de eucaliptos y la hermosa vegetación autóctona. En su base se encuentran los doce tronos, simbolizando los doce Reinados. Ascendemos hasta la enorme estatua del Toro por treinta y tres escalones de ambos lados. Número que posee un profundo contenido esotérico. El Toro es una escultura de bronce que representa Fuerza, Energía generadora. Si desean beber agua pura y mineral la boca del Toro actúa a su vez como una fuente , vertiendo esa agua suave, exquisita, llena de sales minerales que van a darnos pureza y salud. Todo su entorno de soles y sombras, de calor y humedad en verano , se transforma en paz para el viajero, el mismo que extasiado contempla la vegetación, los animales como iguanas , hermosas, que al vernos se escurren entre las piedras buscando refugio. Piriápolis es mi segunda ciudad, tiene un encanto único al mezclar sus cerros,su mar, sus bellas playas, su hermoso puerto en dónde al anochecer vamos escuchando en los mástiles de sus barcos y veleros los susurros del viento, creando la fantasía que alberga el balneario, la existencia de fantasmas buenos y juguetones. Noche ya, una brisa fuerte, camino por el puerto, mezclándome con sus barcos, oyendo los susurros, creyendo en almas en pena que jóvenes cayeron al mar, y no encuentran otra expresión que manifestarse a través del viento en los mástiles de lo que otrora fue su última morada. Piriápolis !! que hermoso caminar a cualquier hora del día o la noche sin tener la preocupación de mirar por si alguien quiere robarnos algo !!! En otra oportunidad les voy a contar sobre el Cerro San Antonio o el Cerro Pan de Azúcar. Ahora los dejo con fotos del Cerro del Toro, ese lugar …..remanso de paz !!!!