Cada pareja es un mundo ,pero las discusiones fuertes prácticamente nunca son consideradas beneficiosas.Cuando las palabras toman el camino de la agresión ,del hacer daño sin razón ,es fácil que ese camino siga más y más lejos.Hay que aprender a respirar hondo y quedarse en silencio ,pedir disculpas y salir de la habitación ,incluso a la calle a dar una vuelta a la manzana ,antes de pasar el límite del respeto.
Cuando decimos una frase que traspasa ese límite enseguida nos damos cuenta.
Se siente sin dudas posibles.Sabemos en el acto que hemos herido sin piedad.Es como decirle «gorda vaca» a una mujer que sufre por su sobrepeso o «borracho» a un hombre que lucha con su adicción al alcohol.Hay frases más sutiles pero que hieren igual porque van directo a la historia común,a aquellos puntos que nuestra pareja creía superados.Esto es válido si se trata de dos personas que se aman ,que ocasionalmente han tenido una pelea ,como le puede pasar a cualquiera .Si las peleas son constantes y la agresión también lo es,se hace vital consultar a un terapeuta de pareja