John Blanchard, acudía a la biblioteca a ver los estantes de los libros de diferentes temas. Era un hombre muy culto. En cierta ocasión al acudir en su búsqueda habitual de libros, encuentra uno que le llama mucho la atención. No por su contenido, sino por las notas que tenía escritas en lápiz… percibió en ellas, una mente reflexiva, un gran corazón y un alma sensible.
En la contratapa se encontraba el nombre de la anterior dueña del libro, «Holliz Meiner». Algo le produjo una incontenible necesidad, con mucho tiempo y esfuerzo, se dio a la tarea de localizarla.