Hasta no hace mucho tiempo , había una tendencia a considerar la educación sexual , de los niños como la información que debía brindarse en relación con la unión genital de una pareja adulta , sin tomar demasiado en consideración la capacidad de dar y recibir amor. Así se dejaba de lado un aspecto importantísimo de la sexualidad humana . Algunos padres no estaban de acuerdo con tal objetivo y otros no se sentían capaces de brindar este tipo de información , muchas veces por temor o vergüenza. El resultado fue, en la gran mayoría de los casos , que los niños obtuvieran en su hogar respuestas titubeantes , falsas o nulas acerca de los temas relacionados con la sexualidad . Todos los niños preguntan , de algún modo , durante su evolución : ¿ cómo nací ?. Lo mejor es que la respuesta la den los padres . Cualquiera sea su nivel de educación formal , ambos padres están en condiciones de responder a la curiosidad sexual de los hijos , poniéndose de acuerdo en forma previa acerca de la información que es conveniente darles .Esta curiosidad se hace notoria en los niños alrededor de los dos años , según las características de cada uno , la madurez alcanzada y los estímulos que recibe . Existen situaciones que actúan en forma típica como desencadenantes de los interrogantes del niño . Puede tratarse de un nuevo embarazo de la madre , un nacimiento en la familia o el vecindario, o las escenas de un programa de televisión. Cuando estos temas han sido acordados en forma previa por la pareja , es más probable que exista coherencia en el mensaje que los adultos transmiten al niño , al igual que una buena disposición para conversar acerca de todos los temas planteados por el hijo . Si la curiosidad sobre los temas relacionados con el sexo no es tenida en cuenta por los padres , se corren al menos dos riesgos . En primer lugar , la información , obtenida a través de pares en la mayor parte de los casos , puede estar distorsionada o ser errónea Continuar leyendo «Algo más sobre educación sexual»