LA RELACIÓN ENTRE LA COMIDA Y EL SUEÑO.

Nuestro propio cuerpo cuenta con relojes internos que van marcando ritmos y muestran cuando van ocurriendo determinados patrones en el organismo en función de la relación entre luz y oscuridad.

La Cronobiología estudia los ritmos biológicos de los seres vivos. El ritmo es una repetición de determinados ciclos a lo largo del tiempo. Poseer ritmos implica una ventaja adaptativa y contar con una coordinación de procesos fisiológicos nos permite lograr una eficiencia metabólica. Los ritmos más frecuentes son los llamados circadianos y tienen una duración de 24 horas. Pero también existen ritmos más breves, tales como el ritmo cardíaco y el respiratorio, llamados ultradianos.

Nuestro principal reloj interno está localizado en el cerebro y se denomina núcleo supraquiasmático. Durante el día, el mismo envía información al organismo indicando realizar las funciones diurnas, y a la noche, lo hace para descansar. Se regula con el sistema de luz y oscuridad y permite que los órganos se mantengan sincronizados unos con otros en sus funciones,digestivas,intestinales,respiratorias,etc. A nivel de ciclos sueño-vigilia, el núcleo supraquiasmático produce una hormona llamada melatonina-neurohormona del sueño-la cual es segregada a partir de las 21 hs. Descansamos por la noche y al otro día, comienza un nuevo ciclo.

Frente a casos de obesidad, en la mayoría de los casos se presentan problemas del sueño.

Durante la noche también tenemos ciclos los cuales se desarrollan dentro de las etapas del sueño. Las dos etapas más importantes son las REM, donde se consolida la memoria y la etapa NO-REM, fundamental para mantener un sueño adecuado y normal.

El ritmo supraquiasmático también nos va a marcar la presión arterial, importante para la salud cardiovascular. Una buena salud indica que, por la noche, nuestra presión debe bajar al igual que nuestra temperatura corporal.

Para aprovechar los ritmos circadianos es necesario no ir en contra de éstos sino acompañarlos, haciendo que nuestras actividades favorezcan estos ritmos. Para ello, habrá que mantener horarios regulares de levantarse, alimentarse, hacer ejercicio y descansar siendo fundamental un buen dormir.

Un buen sueño tiene estas características:

Calidad: Un sueño de calidad es aquel que cumple todas las etapas de sueño durante la cantidad de horas adecuadas.

Cantidad: Refiere a las horas de sueño y cambia dependiendo de la edad. Entre adultos jóvenes y adultos mayores son de 7 a 9 horas.

Oportunidad: Que nos demos la oportunidad de descansar, que estemos tranquilos en nuestro dormitorio, que las luces estén apagadas. Que nos demos el lugar y el momento adecuado para dormir.

El sueño saludable se prepara desde la mañana……

Mirar la luz del día desde la mañana(la luz es el principal sincronizador).

Hacer ejercicio físico (hasta cuatro horas antes de dormir).

Si sufrimos insomnio es aconsejable no dormir siesta.

Fuente/ Calidad de Vida. Hospìtal Britanico.